NOTICIAS INESPERADAS

Un relato emotivo y muy revelador
de otro día inolvidable para Dylan y Andy.




- I -

Lunes, 27 de diciembre de 2010. 

Casa de Dylan y Andy. 

Cala Morel, Menorca.


Andy escuchaba a su amiga con una sonrisa. Tina la había llamado para ver qué tal se encontraba y de paso le había contado, toda ilusionada, que había conseguido que su padre y su mujer se quedarán en la isla hasta Reyes.

—Y todo eso gracias a ti… Si es que cuando digo que eres oportuna, ¡lo eres!

—¿Y yo qué tengo que ver, Tina?

—Se compadecieron de mí. En cuanto les dije que tendrías que estar de baja hasta que el médico dijera y que no podríamos viajar a Londres por Nochevieja, como estaba previsto, decidieron cambiar sus planes. A ver, mi padre se habría quedado sin pensárselo dos veces, pero ella es muy apegada a su familia y la idea de no pasar las fiestas con ellos, le pesaba. ¡Así que, gracias!

—Bueno, me alegra que el hecho de tener que ir agarrándome de las paredes para mantenerme en pie, le resulte útil a alguien para algo… A mí me tiene harta, la verdad —se quejó Andy. Estaba sola en su habitación y ahora que Danny no estaba la vista, podía permitirse ser franca sin preocupar a nadie.

—Es temporal, nena. No seas quejica…

—Ya te quisiera ver a ti incapaz de dar dos pasos seguidos sin marearte y con tres hombres en casa que no te pierden de vista, preocupados por si vuelves a caerte redonda…

Andy oyó que Tina se reía y, al final, ella misma claudicó. 

—Pobres… —reconoció—. Si a mí me resulta difícil acostumbrarme a esto, no quiero ni imaginarme lo que será para ellos…

—Pero tú, ¿cómo te sientes?

Andy exhaló un suspiro. Todo lo que había hecho en la mañana habían sido unas pocas llamadas y eso la había dejado tan exhausta que había necesitado echarse en la cama. Lo que peor llevaba era que un momento estaba arriba, pletórica, y al momento siguiente, sin más, el agotamiento se adueñaba de ella y era tal, que la mayoría de las veces se quedaba dormida donde estuviera.

—Nada bien… Intento disimular para no preocupar a Dylan, pero la verdad es que esto me tiene bastante confundida… Todo el mundo dice que es normal… ¡Jolines, hasta yo lo digo a ver si me lo creo! Pero… No sé, esto es más que unas simples náuseas, más que marearme… A veces, estoy tan débil que no me puedo ni levantar de la cama… ¿Cuándo me has visto a mí quedarme dormida en una silla? Pues ahora, es mi pan de cada día…

Tina procuró ocultar su preocupación. El solo hecho de que Andy estuviera admitiendo ante ella que las cosas no iban bien era una señal de lo mal que se sentía.

—¿Cuándo vas al médico?

—Después de comer iremos al laboratorio a recoger los análisis y a última hora de la tarde, Grau pasará por aquí para verlos…

—No será nada, ya lo verás. De todas formas, te ha venido bien parar un poco, cari.  Las últimas semanas llevábamos mucha marcha. Las dos, tanto tú como yo, pero yo no estoy embarazada… —rió, en un intento de quitarle hierro al asunto.

Andy volvió a suspirar.

—Y pensar que todavía me quedan dos embarazos más para complacer al calvorotas… Como todos sean así… 

—Habrá que ver cómo sobrevive al primero… ¡Igual hasta cambia de idea y todo!

Andy también decidió quitarle hierro al asunto. No era su naturaleza venirse abajo.  Mucho menos, arrastrar a la gente que la quería en su caída.

—Sí, con este hombre nunca se sabe… En un rato, te pasaré el resumen de las entrevistas por correo electrónico. Son unas cuantas, ya me dirás si a alguna hay que cambiarle el horario o quieres pasarla a otro día. Lamento no ser de más ayuda, pero tal como estoy, no me atrevo a entrevistar a nadie… ¡No vaya a ser que el pobre incauto acabe teniendo que recogerme del suelo!

—Deja de preocuparte, Andy y sé sensata. Esto pasará y en un plis estarás como una rosa y dando por saco otra vez —Se rió en un intento de contagiar a su amiga—.  Ahora toca quedarte tranquila dónde estás y dejar que tu amiga de alma se ocupe de todo, ¿vale? 

Agh. Odiaba sentirse tan baja de forma. Odiaba estar tan quejica. 

—Vaaaale —concedió y esbozó una sonrisa—. Disfruta de hacer las cosas como te dé la gana ahora, porque pienso volver a dar por saco muy pronto, entrenadora.

Oír que Tina se reía le quitó un peso de encima. 

—¡Hecho! Y ahora me voy corriendo, que llego tarde a una clase. Por la noche te llamo, a ver qué novedades tienes. Un abrazo, nena.

Andy se despidió de su amiga y volvió a dejar el móvil en la mesilla de noche. Intentó incorporarse, a ver si podía regresar al escritorio para acabar el resumen que estaba preparando, pero la sensación de agotamiento volvió adueñarse de ella. Se dejó caer de espaldas sobre la cama y en un acto de pura frustración se cubrió hasta la cabeza con el edredón.


Junto a la puerta entreabierta de su habitación, Dylan respiró hondo. Ya estaba muy preocupado antes de constatar que Andy también lo estaba. Después de escuchar su conversación con Tina…

«Joder», pensó, «estoy cagadito de miedo».



©️ 2021. Patricia Sutherland
«Noticias inesperadas».
(Fragmento)




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Noticias inesperadas, un relato sobre Dylan y Andy, basado en Los moteros del MidWay, 5.

PERSONAJES:

DYLAN ❤︎ ANDY

EXTENSIÓN:

20 páginas ❤︎ 7.064 palabras

BASADO EN:

Los moteros del MidWay, 5. Extras Serie Moteros 11