by Patricia Sutherland
(España)
"...El irlandés acabó de servir el último pedido y miró a la amiga de Abby sin pronunciar una palabra. Le serviría su puñetera cerveza o lo que se le ofreciera sin decir más que lo imprescindible.
Pero para sorpresa de Dylan, Amy tampoco se mostró dispuesta a decir más de lo imprescindible.
La vio mirarlo de arriba a abajo con un desdén que soportó estoicamente por no darle el gusto de demostrar ninguna clase de interés. Finalmente, ella tampoco pronunció una palabra, pero el mensaje encerrado en aquel dedo corazón que le enseñó con descaro, habló alto y claro. No solo a Dylan; también a los clientes que estaban cerca que incluso la jalearon..."
¡Continúa en antena!
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