Lo que Patricia Sutherland nos dijo sobre "Primer amor"
P: En esta segunda entrega de la serie vuelves a plantearnos una pareja afin ¿que hay de ese principio físico sobre que los opuestos se atraen?
R: Que se atraen no tengo la menor duda, que de esa atracción pueda surgir algo constructivo a largo plazo, lo dudo. No todo lo que nos atrae es bueno para nosotros [risas] Mira el chocolate... A la mayoría de las mujeres nos encanta, pero engorda una barbaridad...
P: Sin embargo, no son muchos los que acaban unidos a sus afines... A lo mejor no venimos programados para eso, no traemos ese chip de fábrica...
R: Buen símil. Nos programan -y nos dejamos- para sentirnos fascinados por lo diferente, lo peligroso, lo explosivo, la emoción, lo prohibido, lo que se lleva... con la idea de que "total la vida son dos días" y hay que vivirlos a tope. La otra realidad es que luego no son dos días, son cincuenta o sesenta años junto a alguien que pueden parecer una auténtica eternidad si te has equivocado. La buena noticia es que efectivamente es una programación, podemos cambiarla. Y para mí, el primer paso de esa "re-programación" es decidir qué es importante para nosotros, y el segundo es rodearnos de personas afines en esas cuestiones importantes. No renunciar, no conformarse con menos. Respetar lo que somos.
P: ¿Qué es lo que destacarías del personaje de Shannon?
R: Justamente eso, su determinación de no conformarse con menos. Creo que muchas mujeres en algún momento de la vida echamos en falta las emociones de esa primera vez con el chico que nos traía loquitas. La mayoría acabamos atesorando el recuerdo y aceptando que el tiempo pasa y las emociones cambian, que es lo normal. Shannon no. La vida la pone en la situación de formalizar una relación de años con un chico que la adora, al que quiere mucho pero del que no está enamorada, o reconocer que es una mujer romántica, que tiene que reencontrarse con esa Shannon vibrante de entonces y asumir que este no es su hombre, y dejarlo. Es una elección a la que muchas mujeres se enfrentan en su vida, no solo en el amor: es elegir entre lo que creemos que podemos tener y lo que deseamos tener, entre lo seguro y lo ideal.
P: ¿Y del personaje de Mark? ¿Qué destacarías?
R: Todo.
[Risas]
P: ¿Es tu tipo de hombre? ¿En serio?
R: Como dice Mandy, la hermana de Mark, el que las deja en coma de los dos hombres Brady es Jason, pero en lo personal, como mujer, yo soy cien por cien "Mark-adicta".
P: Y nosotras que creíamos que lo tuyo eran los titanes tipo Jason...
R: Bueno, a nadie le amarga un dulce... Especialmente si es tamaño doble XXL... [Carcajadas] A ver, ahora en serio... De Mark destacaría lo claro que lo tiene. ¿Te imaginas un hombre que en pleno 2005 le diga a su novia súper independiente, que quiere una mujer que se enorgullezca de ser esposa y madre, que ejerza de eso? Chica, hace falta una mente muy clara y un buen "par de" para decir algo así en voz alta hoy en día.
P: O ser un machista de aquí te espero y estar lo suficientemente loco como para decirlo.
R: ¡Mark no es ningún machista! Va al grano en un tema sobre el que las mujeres tenemos que decidir. Nos gusta creer que podemos tener carreras, profesiones, éxito, hijos, marido, casa. Igual que los hombres. Tenemos derecho a eso y queremos poder elegir. Eso está bien. La otra realidad es que no elegimos, lo queremos todo. Queremos la carrera, la profesión exitosa, el marido y los hijos, todo al mismo tiempo. Y eso es lo que no es posible. El que mucho abarca, poco aprieta. Se cumple en todos los órdenes de la vida ¿por qué en nosotras no? Lo queremos todo y lo elegimos todo, y luego nos pasamos el día enchufadas con esa angustiosa sensación de que se te está escapando algo y la frustración de que ninguna de las dos mil cosas que haces por día, las acabas de hacer bien. Y la verdad ¿qué posibilidades tienes de aportar algo a alguien si entras por la puerta a la hora de la cena después de una jornada mortal de dos mil horas?
P: ¿Y qué pasa con un hombre? ¿qué pasa con Mark?
R: No es su caso. Por eso digo que no es ningún machista. El desde jovencito eligió teniendo en cuenta lo que era importante para él: trabaja donde vive, es un tipo familiar asi que sigue viviendo con sus padres en el rancho. Le encantan los niños y es padre de acogida de dos pequeños de los que se encarga él, no su familia. Mark necesita los lazos afectivos de los suyos, formar parte de la vida de los que quiere, que cuenten con él.
P: Bueno, es lo que él elige pero en nuestro caso no es tan optativo ¿no crees?
R: Yo creo que la gran diferencia, la realmente importante, radica en que para ellos no supone un conflicto interior entrar por la puerta a la hora de la cena, y para nosotras sí. Ellos no sienten remordimiento o culpa por no quedarse junto a la cama de sus hijos cuando están enfermos, nosotras sí. Así que mientras sigamos teniendo ese conflicto interior, si elegimos hacerlo todo, continuaremos sintiendo que lo hacemos todo a medias. En cuanto a Mark... El cree que una mujer como madre aporta a los hijos elementos que un padre no puede aportar. Lo mismo en el plano de pareja y a nivel familiar. Para él, las tareas domésticas o profesionales son intercambiables, las funciones -los roles, si quieres- no.
P: En mi pueblo eso es otra forma de decir "el hombre en la oficina y la mujer en la cocina, como está mandado".
R: Habrá que ver qué opinan las lectoras. Podríamos preguntárselo, que leyeran la historia y después nos contaran si creen que Mark es un machista redomado o no. Y nosotras podemos apostar, como hace Mark... [risas] Yo apuesto cien pavos a que les va a parecer un encanto de hombre.
[Extracto de la entrevista que efectuamos a la autora de la serie en Noviembre de 2006]
Primer amor, la segunda de la serie Sintonías de Patricia Sutherland. Más información
aquí
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